Todo es relativo, incluso cuando más seguros estemos y cuando más estable es algo, sigue siendo relativo.
Al utilizar un absolutismo limitamos el análisis, nuestra visión es subjetiva o dada por las circunstancias y se da una sensación de falsa seguridad.
Estamos en extremo acostumbrados a las frases hiperbólicas, desmesuradas y absolutas. Es común escuchar: "NUNCA ha existido algo igual"; pero es esto acaso verdad? Muchas veces es ignorancia, falta de documentación o que simplemente el locutor se deja llenar de emociones que expulsa de golpe en una frase absolutista.
Este mal es incluso peor en aquellos que somos idealistas y sentimentales, pues en un arrebato por expresarnos decimos cosas como: "SIEMPRE estaré a tu lado", "Por SIEMPRE Tuyo(a)", "NUNCA Amaré a alguien como a ti", "NADA se compara contigo", "NADIE es tan genial como tú", etc... podría escribir miles de variaciones del mismo sentimiento llevado a palabras y frases absolutistas.
Existen también aquellos que rigen si vidas de esta manera: "SIEMPRE he deseado lo mismo", "Hoy me sentí como NUNCA", "JAMÁS aprenderé eso" o la clásica "NADIE me quiere"... Existen aquellas frases que esconden un absolutismo entre un grupo de palabras: "El día que te vayas, ME MUERO" ó "Eso ocurrirá cuando los cerdos vuelen"
Bueno... ¿¿¿y qué importancia tiene esto???
Quizás en ámbitos normales, como conversaciones amistosas da igual, pero ¿acaso han pensado en la fuerza que oculta una de estas frases absolutistas contra alguien sentimental?...
No es acaso genial que te digan "SIEMPRE podrás contar conmigo"... genial no? pero lo triste es que cuando le necesites posiblemente no estará... porque tanto nos hemos acostumbrado a decir absolutismos que ya no nos preocupamos por pensar si es una verdad total como se expresa... generamos esperanzas inútiles... falsas seguridades...
No son más que frases cliché que han perdido su valor, que se comercializan a cuanto amigo (o conocido) se tiene, que solo ingresan a los corazones de sus receptores esperando a incumplirse para estallar en dolor y obligarnos a decir:
¿¡Pero si dijiste que me amarías por SIEMPRE, porque ya NUNCA estás ahí para mí!?
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